Los sorprendentes cambios en la forma en que el sector público adquiere IA
Durante el último año, en Open Contracting Partnership hemos dialogado con más de cincuenta expertos y profesionales del sector público en Estados Unidos, Europa y otras regiones para comprender a fondo cómo los gobiernos están adquiriendo Inteligencia Artificial (IA). Estas son las lecciones aprendidas desde la primera línea de acción.
El panorama actual de la compra de IA: ¿Qué está ocurriendo realmente?
Las organizaciones del sector público están acelerando sus inversiones en tecnología de IA y apostando fuerte por ella. Las cifras hablan por sí solas: en el Reino Unido, los contratos gubernamentales para proyectos de IA alcanzaron los 573 millones de libras esterlinas en agosto de 2025, superando el total de todo el año 2024. Por su parte, en Estados Unidos, las agencias federales comprometieron 5.600 millones de dólares en IA entre 2022 y 2024.
Sin embargo, el impacto en los resultados no depende solo de qué compran, sino de cómo lo compran. Hemos identificado tres tendencias claras:
1. La IA comercial está ganando terreno frente a las soluciones a medida.
Las instituciones no se están apresurando a adquirir sistemas de IA complejos y hechos a medida. Por el contrario, la tendencia actual es la compra de licencias de software comercial listo para usar para casos de uso de menor riesgo y orientados a la eficiencia, tales como asistentes de redacción impulsados por IA, herramientas de análisis de datos o sistemas automatizados de gestión documental. La gran ventaja de esta estrategia es que las entidades públicas suelen desplegar estas herramientas aprovechando sus plataformas de productividad o servicios en la nube ya existentes, lo que facilita una integración más rápida.
2. La centralización de las compras va en aumento
Observamos un cambio evidente hacia la contratación institucional transversal. Ahora, las agencias centrales de TI o de transformación digital negocian contratos marco para todos los departamentos gubernamentales, un modelo hacia el que han transitado Estados Unidos, entre otros países. Si bien la compra centralizada puede promover la eficiencia y la interoperabilidad, también implica que el poder de decisión se concentra en menos manos.
3. La IA entra por «canales informales»
No toda la IA que utiliza el sector público pasa por los procesos formales de contratación pública. Las agencias gubernamentales a menudo acceden a la IA a través de pilotos gratuitos, subvenciones, funcionalidades integradas en herramientas preexistentes o alianzas académicas. Esta «IA en la sombra» permite a los equipos moverse con rapidez e innovar, pero reduce drásticamente las oportunidades de supervisión y rendición de cuentas.
En conjunto, estas tendencias generan una brecha cada vez mayor entre la adquisición y la adopción de la IA. Los equipos de TI gestionan las licencias empresariales de IA, pero el uso de estas herramientas queda a discreción de cada organismo. Los funcionarios públicos también están implementando herramientas de IA que sus organismos nunca adquirieron formalmente. Si bien estos enfoques pueden ser eficientes para poner las herramientas de IA a disposición de los funcionarios, pueden presentar dificultades durante la implementación, como la falta de rendición de cuentas sobre su uso, una mayor dependencia de los proveedores y una falta general de capacidad para aplicarlas correctamente.
Qué implica esto para los responsables de políticas públicas
Para garantizar que el despliegue de nuevas herramientas y servicios de IA sea exitoso, los responsables de políticas deben centrarse en fortalecer la preparación institucional para la IA. En la práctica, esto requiere acciones concretas en tres áreas fundamentales:
1. Empezar con visión y gobernanza
Encuestas recientes indican que, aunque más del 60% de los funcionarios públicos ha experimentado con IA, solo el 35% ha recibido alguna directriz oficial. Nuestra investigación confirma que las organizaciones preparadas para la IA cuentan con una estrategia integral que define claramente cómo usarán la tecnología para lograr prioridades específicas, estableciendo además marcos de gobernanza, transparencia, rendición de cuentas y un plan de implementación claro. Este enfoque permite aprovechar las oportunidades gestionando los riesgos. Un ejemplo destacado es el nuevo Plan de IA 2025-2026 de la ciudad de Seattle, que identifica casos de uso específicos con alto retorno de inversión, una hoja de ruta de implementación, un plan de capacitación del personal y los requisitos de infraestructura necesarios.
2. Desarrollar la capacidad interna
Comprar IA no es suficiente; los gobiernos deben entenderla. Las organizaciones deben construir su propia experiencia interna para evaluar herramientas, diseñar sistemas responsables, gestionar a los proveedores y utilizar la tecnología adquirida. Actualmente, queda mucho por hacer en este ámbito; una evaluación reciente de Code for America reveló que los estados de EE. UU. tienen un desempeño bajo en la creación de capacidades de IA, encontrándose la mayoría en etapas iniciales. En Estados Unidos, organizaciones como GovAI Coalition e InnovateUS trabajan para subsanar esta deficiencia.
3. Impulsar la innovación en las compras públicas
A medida que los gobiernos transitan hacia la compra centralizada de tecnología, el éxito dependerá de qué tan bien se integren y adapten estas herramientas a las necesidades reales de los usuarios. Los responsables de políticas deben empoderar a los equipos de contratación para comprar no solo productos, sino equipos de servicios ágiles y orientados al diseño que puedan construir sistemas éticos, flexibles y preparados para el futuro. Esto es crucial al adquirir soluciones personalizadas complejas, donde la IA puede aportar un gran valor al sector público. Es fundamental permitir e incentivar a los equipos de compras a adoptar métodos más ágiles y colaborativos que faciliten las pruebas y la iteración, y que abran la puerta a la colaboración con proveedores más pequeños que no suelen participar en las compras públicas. Por ejemplo, el estado de Georgia publicó una Solicitud de Contratistas Calificados (RFQC) para identificar un grupo de proveedores de servicios con los que asociarse con las agencias para resolver sus problemas mediante la IA.
Actualmente, el estado cuenta con un sólido grupo de diecinueve proveedores, muchos de ellos pequeños y con menor frecuencia de colaboración con el gobierno.Dado que las organizaciones del sector público se ven presionadas para optimizar el uso de cada dólar del contribuyente, la IA representa una oportunidad para aumentar la eficiencia. Pero no basta con comprar soluciones de IA: las organizaciones deben planificar su integración y estar preparadas para ello. Nuestra nueva guía profundiza en estos aspectos y ofrece pasos prácticos, consejos, plantillas y buenos ejemplos para directores de compras y responsables políticos que quieran lograrlo. ¡Échale un vistazo y comprueba si te puede ayudar!