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Esperanza en construcción en Uganda: La historia de Cathyline

Imagine un mundo donde los billones de dólares gastados en contratos públicos sirvan mejor a las personas y protejan nuestro planeta. Para Cathyline, madre y propietaria de una pequeña empresa en la aldea de Buhanda, Uganda, las decisiones gubernamentales no son políticas abstractas; son su realidad cotidiana. Como miles de millones de personas en todo el mundo, su vida está profundamente influenciada por las acciones o inacciones de su gobierno. El alimento en su mesa, la atención médica de la que depende su comunidad y la supervivencia de sus hijos dependen de estas decisiones.

En Buhanda, el gobierno se propuso modernizar el centro de salud local (Centro de Salud Buhanda II) para convertirlo en Centro de Salud III. El eje central de esta modernización es una nueva sala de maternidad que ofrece esperanza a familias como la de Cathyline. Durante años, las mujeres tuvieron que recorrer largas distancias para recibir atención básica de maternidad, desde pruebas de embarazo y visitas prenatales hasta partos seguros y vacunas. Una sala de maternidad en Buhanda acercaría estos servicios vitales a sus hogares y podría cambiar la vida de innumerables mujeres y niños.

Sin embargo, esta promesa casi se rompió. El contratista, una figura con conexiones políticas, utilizó materiales de baja calidad y prácticas de construcción deficientes, poniendo las nuevas instalaciones en riesgo de falla estructural. Happy Andrew, monitor comunitario de la Coalición Anticorrupción de Rwenzori (RAC), utilizó datos del portal de contratación abierta para amplificar las preocupaciones de los residentes, quienes tenían demasiado miedo de denunciar. Esto dio lugar a investigaciones y hoy, las obras se han reanudado con materiales de calidad. El proyecto va por buen camino para cumplir su promesa a personas como Cathyline, brindando esperanza y atención donde más se necesita.

Ahora mismo, no tengo problemas. Estoy instalada en casa con mis hijos y centrada en mi negocio. Tenemos este Centro de Salud III, mis hijos reciben buen tratamiento cuando contraen malaria y los llevo a hacerse las pruebas sin tener que pagar el transporte y sin sufrir. Y la próxima vez que me quede embarazada, daré a luz en el Centro de Salud Buhunda III. Gracias.

Cathyline Tumuramye